Gregor Mendel revolucionó el universo de la genética con sus leyes a mediados del siglo XIX, estableciendo los principios básicos de la transmisión hereditaria de las características físicas, hecho que lo catapultó como el “padre de la genética”.
Dichas leyes se formularon en 1865 por el monje agustino Gregor Mendel, quien descubrió al experimentar con siete características distintas de variedades puras de guisantes o chícharos de jardín, que al cruzar una variedad de tallo alto con otra de tallo enano, por ejemplo, se obtenían descendientes híbridos. Estos se parecían más a los ascendientes de tallo alto que a ejemplares de tamaño mediano.
Para explicarlo, Mendel concibió la idea de unas unidades hereditarias, que en la actualidad llamamos genes, los cuales expresan, a menudo, caracteres dominantes o recesivos.
¿Qué explican dichas leyes?
Los experimentos de Mendel, sobre la transmisión de los caracteres hereditarios se convirtieron en los fundamentos de la genética y de la teoría de la herencia.
Las leyes mendelianas abordan la explicación de los rasgos de los descendientes, a partir del conocimiento de las características de sus progenitores, prevaleciendo siempre un gen dominante ante uno receptor.
¿Cuáles son las leyes?
Se clasifican las leyes de Mendel en 3 formas:
1. Primera ley de Mendel o ley de uniformidad.
2. Segunda ley de Mendel o ley de segregación.
3. Tercera ley de Mendel o ley de la independencia de caracteres.
¿Qué explican las leyes de Mendel?
Las leyes de Mendel explican y predicen cómo van a ser las características de una persona, partiendo de los rasgos presentes en sus antecesores (padres y abuelos). Los caracteres se heredan de padres a hijos, pero no siempre de forma directa, puesto que los genes pueden ser dominantes o recesivos.
¿Qué sucede con los caracteres?
Los caracteres dominantes se manifiestan siempre en todas las generaciones, sin embargo, los caracteres recesivos pueden permanecer latentes y, manifestarse en generaciones futuras.